Miyake, la poesía de la geometría
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Miyake, la poesía de la geometría

Miyake, la poesía de la geometría

Siempre termino con una sola pieza de tela, un rectángulo, porque es la forma básica en el vestir.
Issey Miyake

En los años ochenta irrumpe en Europa el fenómeno de la deconstrucción de la mano de dos diseñadores asiáticos, Yohji Yamamoto y Rei Kawakubo. La deconstrucción rechaza y rompe por completo las convenciones occidentales sobre la moda e introduce nuevos planteamientos sobre los criterios de belleza y sobre la construcción de las prendas. En octubre de 1982, Rei Kawacubo y Yamamoto, presentaron en París una línea caracterizada por la ausencia de color y compuesta de aparentes harapos dispuestos bajo una cuidada selección. Su colección cuestionó el concepto de moda en occidente y generó una gran polémica. Las prendas de estos creadores presentan unas siluetas y unos efectos nuevos, totalmente inesperados. Los tejidos, cuidadosamente dispuestos, cobran vida a través del cuerpo. Asimismo, prescinde del sexo de su portador o portadora, es frecuente que Rei Kawacubo juegue con la ambigüedad y con los géneros a la hora de definir la imagen de sus colecciones. No voy a entrar a analizar el fenómeno de la deconstrucción, pero es importante tener en cuenta que supone la aparición de una nueva forma de entender la moda. A partir de ese momento se hace patente las diferencias entre la concepción de la moda de occidente y de oriente. El corte de las prendas occidentales parte del cuerpo. Sin embargo, el corte de las prendas orientales del material y del volumen, de modo que prevalece la forma sobre el color. Como consecuencia se produce una ruptura con las normas establecidas sobre la tradicional construcción de prendas, y se abre paso a una revolución contra la concepción occidental sobre el cuerpo y el vestuario, algo que hasta ese momento no se había visto en occidente.

Issey Miyake también rompe con todas las normas preestablecidas en el mundo occidental. Su forma de entender la moda es más conceptual que funcional, un acto creativo que toma el cuerpo y el tejido como medios de expresión. Junto a Mariano Fortuny, Issey Miyake es uno de los creadores más venerados por su particular y personal forma de plisar los tejidos. De hecho, hay quién encuentra elementos comunes entre ambos, por la magistral forma en que Miyake puede obtener un plisado extremadamente fino, delicado y ligero, aunque no siempre utiliza materiales dúctiles y ligeros. La concepción de la moda que tiene Miyake está siempre unida a la experimentación, la innovación, la tecnología y a la evolución. Su particular visión de la moda linda los límites con el arte, debido a la cuidada forma de utilizar e interpretar el color, las texturas, el volumen y las formas geométricas. Los desfiles de Miyake siempre tienen una progresión, el orden en que muestra sus prendas es determinante a la hora de comprender la colección. Aunque haya prendas que a primera vista podrían parecer dispares, si se observan en el orden preciso, se puede apreciar la conexión y la evolución en el desarrollo de la idea inicial. Miyake nunca pronuncia la palabra “moda” para referirse a sus diseños, según sus propias palabras, él se dedica a “crear”, igual que lo haría un artista. En muchas ocasiones otros artistas han colaborado en algunas de sus colecciones y él mismo se ha convertido en un diseñador muy respetado por artistas de otras disciplinas. El estudio de la relación entre el cuerpo y las prendas le ha llevado a trabajar de forma artesanal los tejidos con una gran maestría, utilizando para ello tanto fibras naturales como sintéticas. Utiliza la tecnología para transformar la seda, el algodón, el papel o el bambú en materiales sorprendentemente nuevos. De la misma forma, puede hacernos creer que un maravilloso abrigo es de papel cuando realmente es de punto creado a partir de fibras sintéticas.

Issey Miyake nació en la ciudad de Hiroshima en 1938 y estudió diseño gráfico en Tokio, donde presentó la primera colección de moda en el año 1964. En 1965 se trasladó a París para asistir a las clases de la École de la Chambre Syndicale de la Couture. Posteriormente, trabajó en esta ciudad para Laroche y Givenchy y, tiempo después, fue uno de los estilistas del diseñador estadounidense Geoffrey Beene. En 1970 regresó a Tokio, donde fundó su propio estudio. A partir de 1972, empezó a exportar las colecciones de prêt à porter y, en este mismo año, presentó el primer desfile en París.

Debutó en Nueva York con una colección que partía de la adaptabilidad y la transparencia de las medias de mujer. Estampó imágenes de Jimi Hendrix y Janis Joplin con técnicas similares al tatuaje japonés sobre material elástico en el tono de la piel con el fin de crear el efecto de una segunda piel. Veinte años más tarde presentó su línea “Tattoo Body” en la que la textura del material creaba la ilusión de un cuerpo realmente tatuado.

El estilo de Issey Miyake está influido por el vestuario japonés, pero también recurre a modelos occidentales. A finales de los ochenta puede observarse cómo existen intentos de fusionar ambos modelos. Así, por ejemplo, una de sus preferencias consiste en trabajar con los tejidos plisados que Mariano Fortuny ideara a principios de siglo, con la diferencia de que los plisados del gran diseñador japonés no se confeccionan en seda como los de su famoso precursor, sino que suelen ser de fibras sintéticas, al igual que tampoco suele utilizar colorantes naturales.

Los diseños de Issey Miyake a veces se adaptan al cuerpo totalmente y otras veces parece liberarse totalmente del mismo. También recurre a materiales que no son habituales en el mundo de la moda. Así, los plásticos o las construcciones de alambres recuerdan a las armaduras de los samuráis, mientras que los tejidos de papel o mimbre transforman las prendas en delicados y ligeros vestidos. Las prendas adoptan los pliegues del origami, mientras que drapeando gigantescas superficies de tejido crea abrigos y chaquetas que se cierran según la más tradicional de la indumentaria tradicional japonesa.

En ocasiones, las prendas que aparentemente carecen de forma, abrazan el cuerpo para que sea la persona quién la de vida. Este sería el caso de la serie “Pleats Please”, en la que fusionó belleza y funcionalidad, dicha serie tuvo muy buena acogida en los círculos artísticos e intelectuales.

Confeccionó las prendas de forma inversa al método habitual, primero confeccionaba las prendas y posteriormente plisaba el tejido. Aprovechó todas las propiedades del poliéster para conseguir moldear el tejido. A partir de 1996 otros artistas colaboraron en la serie “Pleats Please”, que pasó a denominarse entonces “Pleats Please Issey Miyake Guest Artist Series”. La primera serie la abrió el japonés Yasumasa Morimura, seguido del fotógrafo Nobuyoshi Araki, conocido por el erotismo de sus fotografías.

Junto con los tejidos plisados, Miyake también se interesó por el punto tubular y empezó a investigar sobre las características funcionales del género de punto. La constante evolución y experimentación de Miyake le llevó a unir el punto con la tecnología de vanguardia y así nació la línea “A-POC” (A piece of Cloth), en la que un revolucionario sistema de confección, en el que se utilizaba una tejedora industrial electrónica, cortaba sobre grandes superficies de tejido el patrón del modelo en una única pieza, sin costuras. Además, también involucraba al cliente que podía decidir, por ejemplo, sobre el largo de la prenda. Con frecuencia, Miyake no resulta muy explícito acerca de cómo llevar sus prendas, de modo que reserva parte del proceso creativo para el portador de la prenda en cuestión. De esta manera, el diseñador deja un espacio para la individualidad, en medio de una tendencia creciente hacia la estandarización que es tan característica del sector de la moda.

La incesante creatividad de Miyake, en constante evolución, no conoce límites, lo que hace que frecuentemente sea difícil de encasillar, ya que su concepción de la moda se aleja de una visión puramente funcional. Se podría decir que Miyake es un artista que utiliza el tejido y el cuerpo humano como medio de expresión, y que sus creaciones rozan los límites entre la moda y el arte, alejándose de un criterio exclusivamente comercial.

Os dejo el enlace a la página de Issey Miyake y a la última colección que ha presentado en París, otoño-invierno 2012-2013, creada por el japonés Yoshiyuki Miyamae, actual director creativo, ya que sustituyó a Dai Fujiwara la pasada primavera. Como siempre, la tecnología, la geometría y el volumen siguen estando presentes. Sorprendió la demostración sobre la pasarela de cómo a través del vapor se puede dar forma a las prendas. Su creador dice que se ha inspirado en la luz, el color y los reflejos de los minerales, algo que se aprecia especialmente en la segunda parte del desfile. También, como es habitual, habría que destacar la magnífica utilización del color, así como la diversidad y la riqueza de texturas para crear imágenes muy distintas, aunque siempre mantiene algún nexo de unión en el paso de un modelo a otro, bien a través del color, de la textura o del volumen, lo que hace que sus desfiles sean siempre progresivos, hay una clara evolución de las imágenes que presenta a lo largo del desfile.

www.isseymiyake.com
www.vogue.es/desfiles/otono-invierno-2012-2013-paris-issey-miyake/7359

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